lunes, 22 de abril de 2013

Reinvindicación del médico

Supongo que sucede en todas las regiones, pero uno sólo conoce el caso de Asturias. Los médicos de Atención Primaria concluyen la formación anual de los nuevos especialistas con un congreso. El escenario es el habitual: ponencias y conferencias, mucha información. Empiezo por lo último que publique, lo que se puede considerar el mensaje final de las jornadas, la reivindicación de la figura más tradicional y humanista de los médicos.

Foto: Sergio López


La reivindicación de una práctica médica basada en la evidencia, más humanizada y orientada hacia la persona fue el eje central de la mesa clínica que durante la mañana de ayer centró el interés en las Jornadas de Atención Primaria con el que se clausuró la vigésimoprimera edición del Encuentro Regional de Residentes de Medicina Familiar y Comunitaria celebrado en la Casa Municipal de Cultura de Avilés. El doctor Javier Pérez Fernández, especialista en el Centro de Salud de La Calzada, moderó la mesa principal en la que se abordaron desde diferentes ángulos la necesidad de «desmedicalizar la sociedad actual». «Hoy en día nadie soporta situaciones sociales que son normales, como la tristeza por una separación o el dolor por la muerte de un ser querido. Y se acude al médico, que receta ansiolíticos. Así, situaciones normales de la vida se convierten en enfermedades con todo lo que conlleva», reflexionó.
En el debate se manifestó la complejidad del asunto, donde concluyen intereses de actores en posiciones muy diferentes: profesionales sanitarios, la sociedad, los gobiernos y la industria farmacéutica. «La solución no es sencilla y obliga a un pacto entre todos. Los médicos deben mirar más a la persona, ejercer una medicina basada en la evidencia. Hay pacientes polimedicados con más de diez sustancias y es imposible que alguna no reaccione entre sí. Los medicamentos son la tercera causa de muerte en España», concluyó.
Gobierno e industria
Si bien es importante el papel de la sociedad, asumiendo que los médicos no ofrecerán soluciones para todos los problemas, los papeles principales recaen en la industria y el gobierno. «El gobierno debe definir qué es lo fundamental y el interés general», aseguró Javier Pérez.
Un papel para el que se dieron numerosos ejemplos, como la proliferación de medicamentos que no aportan nada nuevo. El médico internista Carlos Ponte explicó cómo en Noruega la legislación obliga a que los nuevos medicamentos aporten una ventaja objetiva. Así, en el caso de los antiinflamatorios no esteroideos (ANIES), una familia muy usada, sólo existen 7. En cambio, en Holanda, con un mercado libre, la cifra se eleva hasta 27.
Así se alimenta una «burbuja farmacéutica» donde se alimentan la idea de medicamentos para enfermedades que no existen (la próxima moda, avisó ayer Ponte, será la necesidad de Testosterona 4 para varones mayores), o se cambian criterios diagnósticos por presiones de la industria. Así, desveló cómo el lanzamiento de un nuevo medicamento motivó que en Estados Unidos el número de casos de psicosis maniaco-depresiva o trastorno bipolar pasase de 10 por millón de habitantes a 50.000 por millón de personas. Por ello advirtió de los riesgos de la convivencia entre médicos e industria; reclamando una lectura «crítica» de las prescripciones.


Artículo publicado en La Voz de Avilés el 20 de abril de 2013