lunes, 12 de noviembre de 2012

TDAH, un acercamiento

Hace un año, asistí a una sesión clínica en el Hospital San Agustín de Avilés en la que el equipo de Salud Mental Infantil hablaba del Trastorno de Déficit de Atención con o sin Hiperactividad (TDAH). Vi que había un tema y me puse a trabajar en él. Coordinar agendas cuando una parte importante de ese equipo se encuentra preparando oposiciones provocó que todo se fuese alargando hasta que, por fin, el artículo ha salido a la luz. Mi objetivo era transmitir la idea de que el TDAH no ese esa epidemia que muchas parece que existe y, sobre todo, que las familias avilesinas disponen de recursos para ayudarles a ellos y a sus hijos. Espero haberlo logrado.


Por la izquierda, Alicia Fernández Villa, Aurelio Álvarez, 
María Eugenia Vigil, Ana Jesús Rodríguez Hevia y 
Eva García García. Foto: Sergio López

TDAH, hiperactivo, niño travieso, revoltoso... Un revuelto de ideas y conceptos a partir de una realidad que provoca el sufrimiento de muchas familias y sus hijos: el Trastorno por Déficit de Atención con o sin Hiperactividad (TDAH). «Existe un riesgo de banalizar los conceptos. De igual manera que no se confunde la tristeza de un adulto con una depresión, un comportamiento muy activo de un niño no será un TDAH», comenta Aurelio Álvarez, psiquiatra de Salud Mental Infantil.
María Eugenia Vigil, psicóloga clínica de Salud Mental Infantil, recuerda la necesidad de ver a los menores de acuerdo con su edad. «Parece que todos los niños nacen con deterioro. La sociedad es muy dura con ellos y a veces se olvida que es normal que un niño de dos años sea inquieto», reflexiona. Ana Jesús Rodríguez recuerda que «los niños expresan lo que sienten y eso no significa que tengan un problema».
Para la atención y seguimiento de estos casos, Salud Mental Infantil (integrada en el Área de Gestión Clínica de Salud Mental) cuenta con cinco profesionales para abordar estos casos desde su diagnóstico hasta que cumplen quince años. Se trata del psiquiatra Aurelio Álvarez; las psicólogas clínicas María Eugenia Vigil y Ana Jesús Rodríguez Hevia; la trabajadora social Alicia Fernández Villa y la enfermera especialista en Salud Mental Eva García García.
Su trabajo se reforzó en 2007 cuando el servicio de Pediatría del Hospital San Agustín propuso crear un grupo de trabajo específico para el TDAH. Junto con el psiquiatra infantil y las dos psicólogas clínicas, se integraron una pediatra del Hospital, la doctora Ana Isabel Fernández Castro; dos pediatras de Primaria -los doctores Ignacio Pérez Candás y Jesús Llaneza- y una orientadora escolar del equipo de orientación educativa y psicopedagógica -Rosa Fernández-.
Un equipo multidisciplinar con todos los profesionales que intervienen. «De esta manera logramos una coordinación, evitamos duplicidades y unificamos criterios profesionales para mejorar la calidad de la atención y reducir el sufrimiento de los niños y las familias», explican desde Salud Mental.
Y es que si algo preocupa al equipo de Salud Mental Infantil es el bienestar del menor. «No sólo es que tengan un problema, también cómo lo viven. No entienden lo que le sucede y lo pasan muy mal», comenta María Eugenia Vigil.
La multitud de profesionales implicados también refleja el proceso que sigue el menor antes de llegar a Salud Mental Infantil. Las sospechas de hiperactividad suelen surgir en la vida escolar, cuando los tutores sospechan un comportamiento anómalo.
Ante esas dudas, lo comunican a los orientadores escolares que analizan la situación y, si es necesario, informan a los padres. El siguiente paso, corresponde a la familia, que acude a su pediatra y éste deriva el niño hacia Salud Mental Infantil. Como se ve, la longitud del proceso aconseja esa coordinación.
Aunque el camino no termina al llegar a Salud Mental Infantil. El diagnóstico no es sencillo. La única forma es la entrevista clínica, explican los profesionales, por personas con experiencia para poder diferenciarlo de otros trastornos.
Confirmado el diagnóstico, comienza el tratamiento para el que no existe una pauta fija. «Depende de cada niño y cada familia. Puede ser necesaria educación sobre el trastorno, psicoterapia, fármacos, psicoterapia individual con el propio niño... Pueden ser necesarias intervenciones educativas que decide y planifica el equipo de orientación», aseveran en Salud Mental Infantil.
Como norma general, el resultado se traduce en una mejora. «Hasta donde, es difícil precisarlo. Depende de cada caso. Influyen muchos factores, pero como norma general siempre se produce una mejoría», concluyen desde Salud Mental Infantil.



Aquí puede acceder al artículo completo publicado en La Voz de Avilés el 12 de noviembre de 2012

domingo, 9 de septiembre de 2012

Asperger, enfermedad y pacientes

Existe una importante polémica en torno al Asperger. No son pocos los psiquiatras y psicólogos que niegan su existencia y lo limitan a un problema de algunos padres con sus hijos. Tantos como los que afirman la existencia del síndrome que se vive de forma crónica. En el medio de ese debate, quedan las familias y los enfermos. Así que no es extraño que se unan para buscar una respuesta. Sólo por eso se merecían el artículo.

Algunos de los participantes en el encuentro.
Foto: Sergio López

«Incluso hay miembros de mi familia que no saben que tiene síndrome de Asperger». Son las palabras de un padre avilesino que ha accedido a hablar del síndrome diagnosticado a su hijo desde el anonimato. Una actitud que es frecuente en muchas familias y donde, el único objetivo, es la mayor protección para su hijo. «No se trata de una enfermedad, sino de una condición médica crónica que se manifiesta de múltiples maneras», explican Pilar Zardaín y Gema Trelles, psicólogas de la Asociación Asperger Asturias, la entidad que agrupa a las familias.
Los afectados presentan dificultades para integrarse en la sociedad, para mantener las relaciones sociales. Les resulta difícil tener amigos y les cuesta asumir los usos habituales en la sociedad. ¿Cual es tu mejor amigo de clase? Todos. Es una respuesta, real, de un niño con este trastorno de la personalidad que le acompañará toda su vida.
Son personas con comportamientos poco flexibles ante los cambios. Pero también se expresan con normalidad, su coeficiente intelectual nunca es inferior a 80 y suelen disfrutar de un mundo interior muy rico, que apenas comparten. En la estela de los Asperger suele ir los adjetivos de excéntricos y raros. Aunque, la realidad sea diferente. Ni excéntricos ni raros, sólo peculiares.
Y con buen corazón. «Son buenos y honestos; les cuesta asumir que hay gente que se porte mal y les haga daño. Suelen rebelarse contra las injusticias», comenta el padre avilesino basándose en la experiencia de su hijo y la de otras familias. «Junto con su fama de raros y excéntricos se convierten en víctimas perfectas para el acoso», advierten las psicólogas.
Su hijo se puede considerar un afortunado. En su caso, el diagnóstico fue precoz. «Tenemos un amigo psicólogo que nos advirtió de la posibilidad del un síndrome de Asperger», comenta. A partir de ese momento, comenzó un peregrinaje por psicólogos y logopedas privados, el Centro de Salud Mental Infantil hasta que, después de un año, se confirmó su existencia. El diagnóstico no es sencillo. «No existe ningún marcador biológico o una prueba de neuroimagen que lo facilite. El diagnóstico se alcanza por la observación clínica. Con frecuencia se confunde con el Trastorno de Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) o un autismo, cuando son realidades muy diferentes», comentan Trelles y Zardaín .
Tampoco son extraños los casos que llegan a la asociación con otros diagnósticos. Suelen ser adolescentes y adultos, donde el trabajo de los profesionales busca recuperar ese tiempo perdido y asegurar una calidad de vida tanto de la familia como de la persona con Asperger. Con el apoyo adecuado, estas personas logran desenvolverse en la sociedad y ser felices.
Aunque el diagnóstico precoz es fundamental, no resulta sencillo advertir los síntomas. «Si su comportamiento es muy diferente al de sus hermanos a la misma edad o se ven dificultades en la socialización, habría que empezar a sospechar», comentan las psicólogas.
A los padres lo que más le preocupa es el futuro de su hijo, de dotarlos con las herramientas necesarias para que no tenga dificultades y sea feliz. «Lo más complicado es enseñarle las normas de la sociedad. Saben que tiene Asperger el círculo más íntimo, los profesores, donde su coportamiento puede parecer extraño. En casa no genera ningún problema. A veces, no es fácil ser hermano de él porque se trata del raro del colegio, aunque tienen una buena relación», comenta.
Como otras familias, elogia el apoyo recibido desde la asociación, tanto por las terapias individuales como grupales, como por las relaciones con otras familias.
«Siempre aprendemos algo», comenta con la esperanza de que la sociedad respete el espacio que los Asperger reclaman para sí.



Artículo publicado en La Voz de Avilés el 18 de junio de 2012

lunes, 20 de agosto de 2012

La UVI-móvil, un servicio necesario

Tal vez con la crisis haya que repensar la organización del Servicio de Atención Médica Urgente (SAMU), pero es innegable la importancia en el servicio que prestan. En este artículo, intento mostrarlo. Si en vez de números ponemos caras de personas sería un avance.

Por la izquierda, Florencio Fernández,
técnico de emergencias,
Leticia Ansiedes, enfermera;
 Ginés Martínez, médico, y Marcos
Álvarez, técnico. Foto: Marieta


Debajo del helipuerto del Hospital San Agustín, en una habitación se encuentran sentadas tres personas: una médica, un enfermero y un Técnico de Emergencias Sanitarias. La televisión está encendida, pero apenas la atienden, conversan entre ellos. Hasta que suena el busca del médico. Inmediatamente, la escena cambia. La calma desaparece. El técnico y la médica reciben sendas llamadas. El primero apunta una dirección y ella recibe información sobre el estado de salud de una persona que ha telefoneado al 112. En un tiempo máximo de 90 segundos, la UVI móvil se pone en marcha desde Avilés hacia el lugar de la comarca donde requieren sus servicios.
En los seis primeros meses de este año, esta escena se ha repetido en 703 ocasiones. Es una cifra que se encuentra en la media de la actividad del servicio. En 2011 se efectuaron 1.420 salidas desde la base en el Hospital San Agustín.
La decisión de enviar o no la UVI-móvil depende del Centro Coordinador del Servicio de Atención Médica Urgente de Asturias (SAMU), constituido en la actualidad como una unidad de gestión a la que se encuentran adscritos los médicos y enfermeras que trabajan en estos equipos. El servicio del 112 atiende todas las llamadas de emergencias.

Cuando se trata de temas sanitarios las urgencias son transferidas a un teleoperador especializado del Centro Coordinador del SAMU. Si el caso lo requiere, un médico pasa a atender la llamada y decide activar la UVI-Móvil. Es cuando suena el 'busca' en la base avilesina. La información que solicita a la persona que telefonea es muy importante. Serán los datos que transmitirá al médico de la base de Avilés y que permitirán que disponga de una idea de lo que encontrará al llegar al lugar donde se requiere su presencia.
A partir de ese momento, la llegada al punto de la emergencia oscila en función de diferentes variables como el tráfico o la distancia , ya que atiende a toda la comarca avilesina. Tampoco es la primera vez que respondiendo una emergencia reciben un aviso para ir a un lugar distante, lo que retrasa todo los tiempos.
Con esos matices, en lo que va de año, en el 47% de los casos tardan menos de 10 minutos desde que se recibe la llamada a su llegada. En el 80% de los casos, desde que suena el 'busca' y se activa la UVI móvil hasta que aparece en el lugar han transcurrido menos de 10 minutos.
Uno de los criterios de calidad que se aplican es que el equipo dispone de 90 segundos desde que se enciende el 'busca' hasta que se ponen en camino. Por ese motivo, durante las guardias el equipo ni se desviste para descansar.
Al llegar al lugar, el equipo siempre actúa con precisión. Es como una orquesta donde cada parte sabe perfectamente qué hacer. El médico marca el compás y no existe lugar para el nerviosismo.
En el primer semestre del año, 707 pacientes de la comarca se han beneficiado de sus servicios. La tendencia es similar a 2011, cuando se alcanzaron los 1.403 pacientes atendidos en todo el ejercicio.
La presencia de la UVI móvil supone que se encuentra en medio de la calle casi el mismo equipo que el que se dispone en el servicio de Urgencias del San Agustín salvo que no existen especialistas, radiología ni analítica. Así, disponen material médico adecuado para atender a cualquier tipo de paciente grave, ya sea por traumatismos graves, infarto agudo de miocardio, fatiga, o parada cardiorespiratoria.
Además, cuenta con instrumental específico para atender a los pacientes traumatizados graves y para la asistencia a accidentes de tráfico. También porta equipos de seguridad para sus integrantes: cascos, chalecos, equipos de protección ante riesgo químico...
Una tecnología que no sólo salva vidas, también permite que su recuperación sea con muchas menos secuelas.
Entre enero y junio de este año, la UVI móvil ha atendido a un total de 707 pacientes. La mayor de ellos fueron trasladados a un hospital, bien por la propia UVI móvil, lo que sucedió en 524 casos, o mediante otro recurso, 39. Generalmente, esta opción se debe a la necesidad de ir a otra emergencia o por la existencia de más pacientes.
En función del diagnóstico, la evacuación se hace bien al San Agustín o al Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA). Este es el destino, por ejemplo, de los pacientes de infarto agudo de miocardio o de patologías cuyo centro de referencia sea el HUCA. Sea cual sea el destino, el enfermo ya llega al hospital bajo vigilancia médica y un primer tratamiento, lo que facilita el trabajo posterior en el centro sanitario.
Además, en 86 casos, el médico de la UVI-móvil firmó el alta después de tratarlo. Nuevamente, el equipo disponible demuestra su ventaja toda vez que se evita un ingreso hospitalario y se agiliza el tratamiento.
La parte más dura del trabajo de la UVI-móvil son los fallecimientos. En el primer semestre del año, certificaron 49 defunciones, una cifra ligeramente superior al año pasado. En todo el ejercicio de 2011 contabilizaron 78 defunciones de pacientes. Además, hubo cinco casos en los que las personas rechazaron la asistencia médica o el traslado a un hospital. Aunque minoritario siempre se encuentra ese porcentaje. En todo 2011 hubo ocho casos de esta naturaleza.
Junto con estas actuaciones, el personal de la UVI-móvil se encarga del traslado de pacientes desde el San Agustín al HUCA. Normalmente, se realizan en horario nocturno y en casos muy concretos, donde sea necesario todo el equipo médico para realizar la evacuación del paciente con la máxima seguridad.
En 2011 se realizaron once de estas actuaciones y, en el primer semestre del año, la cifra alcanza los 15. El significativo aumento se debe a la puesta en marcha del Código Corazón, el protocolo de actuación que agiliza el tratamiento de los pacientes con infarto agudo de miocardio.
El Principado cuenta con una UVI móvil con base en Gijón para este tipo de desplazamientos en toda Asturias, pero cuando se encuentra ocupada se moviliza el equipo avilesino para llevar a los pacientes desde el San Agustín hasta el HUCA.
Lo más duro de la UVI
«Lo más duro de este trabajo son los choques emocionales, tener que comunicar una muerte de un niño; cuando es una persona mayor o alguien que se esperaba es mucho más sencillo, pero transmitir una muerte inesperada no es fácil. Hace años informé a una madre que su hijo había muerto tras ser atropellado y aún lo recuerdo perfectamente. Es algo que nunca se olvida». Después de once años en la UVI-Móvil, diez de ellos en Avilés y uno en Cataluña, el doctor Rafael Castro es un veterano en un actividad que también le aporta muchas alegrías.
«Es un trabajo en grupo, donde cada parte es fundamental para el éxito. Cuando algo sale bien, todos los sabemos y estamos satisfechos cuando, después de una reanimación, sabemos que esa persona va estar de nuevo por la calle. Sólo nosotros sabemos el trabajo que se hace. Cuando un paciente tiene parado el corazón y vuelve a latir es una alegría compartida por todo el equipo», comenta.
Aunque, para afrontar esos momentos duros no existe una estrategia definida. «Es un campo que se debe estudiar, tal vez el personal que trabaja en estos servicios está más preparado para asumir esa presión. La carga emocional la solemos compartir con los compañeros, cada uno busca su método», añade.
Para asegurar una asistencia durante las 24 horas durante todo el año, la UVI móvil dispone de seis equipos. Cada uno de ellos integrado por un médico, una enfermera y dos Técnicos de Emergencias Sanitarias.
Sus integrantes son siempre los mismos, salvo cambios por motivos concretos entre homólogos. Los turnos son de doce horas, salvo los fines de semanas, que son de 24 horas. Al mes vienen a realizar doce turnos diferentes, lo que refuerza los lazos entre los equipos.
«Pasamos muchas horas juntos, en algunos casos se establecen relaciones de amistad. Otras personas son diferentes y prefieren una mayor separación entre su vida personal y profesional», explica.
Artículo publicado en La Voz de Avilés el 19 de agosto de 2012


domingo, 19 de agosto de 2012

Emergencias industriales y médicos de Primaria.

De una memoria fin de máster, se puede sacar un articulo interesante. Este es el caso del trabajo de María Vázquez en la Universidad de Oviedo. En este caso, sobre la percepción que los médicos tienen de sus habilidades para responder a una catástrofe industrial. El tema es muy interesante porque los profesionales ejercen en la mayor mancha industrial de Asturias. Y, aunque entra un poco de miedo al ver que reconocen su ignorancia; por lo menos exponen su deseo de aprender. Con eso me quedo.


Rafael Castro y María Vázquez.
Foto: Sergio López


Los profesionales sanitarios de la comarca, especialmente en Atención Primaria, reclaman la existencia de planes de formación específico ante emergencias industriales. Es una de las conclusiones de la investigación realizada por la doctora María Vázquez Suárez, especialista en Medicina de Familia y Comunitaria como trabajo final en el Máster Universitario en Análisis y Gestión de Emergencias y Desastres de la Universidad de Oviedo. Tras realizar su formación en la comarca, María Vázquez optó por trabajar en Urgencias, en la base de Avilés. A partir de ahí, decidió realizar el máster universitario escogiendo la situación de la comarca como tema para el obligatorio trabajo de fin de curso.
Su tutor para la elaboración del estudio, el doctor Rafael Castro Delgado, es autor de una tesis doctoral sobre los riesgos industriales en la comarca de Avilés. Castro realizó el estudio en 2000, convirtiéndose en el referente para la nueva investigación que ha podido comprobar la evolución de los conocimientos.
Tras ese estudio, los cambios normativos obligaron a que las grandes empresas (ArcelorMittal, Saint-Gobain, DuPont, Asturiana de Zinc y Alcoa) elaborasen los Planes de Emergencia Exterior (PEE) para coordinar la respuesta ante posibles accidentes. Las medidas de prevención responden a esa realidad.
«En la comarca existen una serie de características que la diferencian», explica María Vázquez Suárez, «una gran concentración de industria con un riesgo por sus características. Además, la población se encuentra muy cercana. En caso de un hipotético accidente, siempre existe una posibilidad de efecto dominó por la cercanía de unas empresas a otras».
En este sentido, Rafael Castro recuerda que «más que el riesgo, lo importante es siempre la prevención».
Objetivo del estudio
A partir de ahí, la investigación de María Vázquez se centró en conocer la percepción que existía entre los profesionales sanitarios ante una posible situación de emergencia.
«No entramos a valorar los riesgos. Es muy difícil conseguir los planes internos de prevención, sólo conocemos los PEE. Así que el objetivo era saber si el personal sanitario, tanto médicos como enfermeras, se consideran preparados o no; la percepción que existe entre los propios profesionales», comenta Vázquez. En las conclusiones se incluyó una comparación con el trabajo de 2000.
El estudio abarcó a la red de Atención Primaria, además de los equipos del Servicio de Atención Médica Urgente (SAMU) y Emergencias. «El personal de SAMU tiene planes para reaccionar porque forma parte de su trabajo diario. En Atención Primaria no está asumido que forman parte del eslabón de respuesta ante una situación de este tipo. No lo tienen interiorizado y nos parecía interesante saber lo que pensaban», comenta el doctor Castro.
Así, las respuestas de los profesionales demuestra que conocen la realidad comarcal. La mayor parte de ellos, un 41,17%, califican de 3 el grado de riesgo industrial en la comarca en una escala que va de cero (ningún tipo de riesgo) a cuatro, un porcentaje que en diez años creció en un 2,32%.
El 77,64% de los encuestados considera que la catástrofe más probable es un accidente en la industria, siete puntos más que hace doce años. A continuación se encuentra un accidente de tráfico con múltiples víctimas, con un 64,70%, un porcentaje que se reduce en 14 puntos respecto a los datos de 2000.
A pesar de ello, los profesionales reconocen sus carencias ante una situación de emergencia. Así el 80% califica de «nulo o escaso» sus conocimientos sobre placas y símbolos peligrosos. El 83,53% califica de igual manera sus habilidades sobre las normas de descontaminación. Y un 85,88% define como nula o escasa su capacidad para tratar a víctimas de accidentes con sustancias peligrosas.
No sólo eso. Aunque se asumen los riesgos industriales de la comarca, apenas existe un conocimiento sobre los Planes de Emergencia Exterior. Así, el 30,58% responde con un «no o no lo hay» a la pregunta de si existen los PEE. Un 38,82% cree que existen, pero los desconocen. Y un 29,41% responden que sí.
Además, el 81,17% asegura que su conocimiento del papel de los sanitarios en los Planes de Emergencia es nulo o escaso. De igual manera, el 78,82% duda sobre su pertenencia a un PEE.
A pesar de ello, la mayor parte considera que podrían facilitar la información que les demande el Centro de Coordinación de Urgencias que se establece en una hipotética catástrofe.
Capacidad de reacción
Hasta aquí, la lectura del estudio puede resultar desalentadora, pero el trabajo también percibe la capacidad de los profesionales para reaccionar. Así, el 96,47% se muestra de acuerdo con que los profesionales deben adquirir conocimientos sobre actuación ante un desastre industrial.
El 97,64% opinó que los sanitarios debería recibir información sobre el riesgo industrial. Así, María Vázquez destaca que «casi por unanimidad los encuestados responden que deberían recibir información y formación relativa a los riesgos industriales, así como de procedimientos básicos de actuación en accidentes en los que están implicadas sustancias peligrosas».
Los profesionales sanitarios son coherentes con esa inquietud y en los doce últimos años aumentó el número de personas que acudieron a un curso de emergencias donde se incluye la formación en catástrofe, apunta María Vázquez. Así, se evoluciona de un 19,42% en 2000 a un 35,29% en 2012.
Aunque menor, la encuesta también desvela un incremento de los trabajadores que realizaron más de un curso. En consecuencia, «el porcentaje de profesionales que no ha realizado ningún curso se reduce de un 67,62% a un 44,70%» escribe María Vázquez.
Rafael Vázquez comenta que «poner en marcha un plan de formación no supondría un gran gasto. No se trata de organizar acciones puntuales, sino de elaborar una estrategia integral durante varios años».
Además, la experiencia demuestra, al menos en Avilés, que establecer una línea de trabajo y mantenerla en el tiempo aporta unos resultados positivos. Es otra de las conclusiones en la investigación de María Vázquez, que demuestra que en los últimos años ha mejorado la formación en reanimación cardiopulmonar (RCP) además de los conocimientos para la aplicación del triaje en Urgencias.
Así, en 2000, el 10,07% calificaba de nulo o escaso su formación en RCP básica mientras que esta opción no tenía ninguna respuesta en la nueva investigación. El 46,76% respondía hace doce años que sus conocimientos eran suficientes, porcentaje que, en 2012, se reducía al 28,23%. En cambio, este año la respuesta en los rangos mayores (buenos o muy buenos) llegaban al 71,76% cuando hace doce años alcanzaba el 43,16%.
La evolución es igual de positiva cuando se habla de RCP avanzada. En doce años, el porcentaje de profesionales que asumía tener unos conocimientos nulos o escasos se redujo en 30 puntos, pasando del 43,88% en 2000 al 12,94% en 2012.
Esto se debe al aumento de las respuestas favorables. Así, en 2012, el 36,47% aseguraba tener conocimientos suficientes y un 71,76% respondía con un bueno o muy bueno. En 2010, las contestaciones eran del 33,09 y 21,58% respectivamente. Esta mejora es el resultado de la amplia oferta de cursos que se ha venido ofreciendo en los últimos años.
De igual manera, se produce un aumento de los conocimientos en el triaje, si bien la autora del estudio apunta que el resultado se debe a un sesgo estadístico a favor del personal de Urgencias del Hospital San Agustín, donde el triaje es una herramienta de trabajo básica para atender a los pacientes que llegan al centro
Con todo, la formación ante situaciones de Emergencias aún se encuentra en una fase inicial. «Hay mucho por hacer. Aún no se entra en temas como la formación de la población en general», concluye el doctor Castro.
Por ese motivo, la conclusión de la doctora María Váquez es clara. «La necesidad de reforzar estrategias de prevención es evidente, más aún cuando existen elementos que incrementan la peligrosidad. Esta preocupación se extiende a la a los profesionales sanitarios del Área Sanitaria III», escribe.

Artículo publicado en La Voz de Avilés el 12 de agosto de 2012.




domingo, 5 de agosto de 2012

Fisioterapia y Atención Primaria

La incorporación de la Fisioterapia a la Atención Primaria es relativamente reciente. La especialidad juega un papel muy importante y es la base de un artículo en el que se aborda su papel.

La fisioterapetua Cristina Navarro.
Foto: Sergio López.

Hoy en día ya no nos extraña que un centro de salud cuente con un departamento de Fisioterapia. Pero su incorporación a la Atención Primaria data de 1991, cuando un decreto planificó su incorporación con el primer objetivo de descongestionar la atención especializada, según recuerda Cristina Navarro, fisioterapeuta del Centro de Salud de Luanco.
Dentro de esta apuesta por la fisioterapia, Avilés ha sido una avanzadilla. Actualmente, cuenta con nueve profesionales, uno en cada centro de salud, si bien el asignado al nuevo equipamiento de La Luz ejerce en la actualidad en Las Vegas a la espera de que se complete el equipamiento necesario para su actividad profesional.
Una planificación que se ha visto avalada por la realidad. «La demanda de fisioterapeutas es creciente e irreversible», comenta Cristina Navarro, «el envejecimiento de la población y el aumento de las enfermedades músculo-esqueléticos lo explican».
Aunque las características del trabajo de los fisioterapeutas es similar en cada centro de salud, Navarro matiza que en la comarca existen una diferencia importante entre el día a día de Luanco y Pravia y los demás centros.
«Los pacientes nos llegan a los fisioterapeutas por el médico de Familia o derivado desde el servicio de Rehabilitación del Hospital San Agustín. Hemos establecido un protocolo con nuestros campo de trabajo, que se centra en las patologías crónicas y no muy complejas. Sin embargo, en Pravia y Luanco se atiende otro tipo de casos que se deberían abordar en el San Agustín. Es un acuerdo con Rehabilitación para evitar desplazamientos hasta Avilés», comenta Navarro.
Además, en su caso, la organización del Centro de Salud de Luanco como unidad de gestión clínica implica cambios en su trabajo, como asumir actividades de divulgación y participar activamente en las reuniones de equipo, un aspecto que ella subraya. «Con frecuencia a los fisioterapeutas nos metían en nuestra 'cueva' y estábamos aislados, en parte por la alta carga de trabajo; pero desde que he empezado a participar en las reuniones de equipo participo más en la vida del centro. Es algo muy importante. No sé si sucede en el resto de fisioterapeutas, porque, lo cierto, es que todos tenemos mucho trabajo», concluye.
Alta carga de trabajo
Y es que una de las características de los fisioterapeutas en Atención Primaria es su alta carga de trabajo. En 2010, cada uno de los profesionales atendió una media de 8.005 consultas en una actividad donde el trato personalizado es obligado. «Aunque el protocolo nos limita a patologías crónicas y temas que no sean muy graves como pueden ser esguinces, la realidad es muy variada porque cada caso es diferente en función de la persona», comenta Navarro.
Dentro de esa variedad, existen unos rasgos comunes. El retrato robot de sus pacientes los presenta como mujeres y con una media de edad alta. «La patología más frecuente que vemos son las tendinitis en el hombro, generalmente por causas anatómicas o su abuso», asevera Cristina Navarro. Cada paciente recibe una media de 15 sesiones. «En ellas, además del tratamiento, procuramos enseñarles hábitos de vida para evitar que se vuelva a producir ese problema», desvela la fisioterapeuta.
En su caso, Cristina Navarro aprovecha la especial relación que establece con los pacientes para incidir en otros hábitos saludables. «Pienso que en la sanidad todos debemos ir en la misma línea y reforzarnos mutuamente con nuestros mensajes», asevera, «si existe la oportunidad, le doy consejos sobre alimentación saludable o recomiendo hacer ejercicio físico, que es muy beneficioso para la salud y ayuda a prevenir muchas enfermedades». En esta línea, recuerda que «los 'fisio' aún tenemos muchos campos por explorar y uno de ellos es prescribir el ejercicio físico que puede hacer una persona».
La mayor parte de los casos responden a enfermedades crónicas, lo que generó un medida para evitar el colapso del servicio. «En teoría, un paciente no puede venir más de una vez al año por una patología crónica. Si no se aplicase esa medida, apenas entrarían casos nuevos y se colapsaría. La realidad nos dice que, al cabo de dos o tres años, esa persona regresa, pero en ese tiempo hemos podido atender a otros pacientes», explica Cristina Navarro.
Recientemente, Navarro ha completado su cartera de servicios con actividades específicas de Educación para la Salud más allá de los consejos en la consulta. «Al ser unidad de gestión clínica se reforzó ese campo. Lo primero que hice fue una charla en un curso sobre cuidados al cuidador, explicando cómo se mueve a una persona encamada. Tuvo una buena aceptación», recuerda.
Más satisfactorio para ella fueron las charlas en los colegios de Luanco a los alumnos de cuarto y quinto de Primaria sobre higiene postural. «Tuvo muy buena aceptación y vamos a intentar repetirla. En esa edad, aún se puede cambiar los hábitos y formar a las personas. Todo el mundo conoce los consejos básicos de higiene postural, pero se siguen haciendo mal las cosas: nos sentamos de forma incorrecta, no repartimos el peso en varias bolsas sino que lo cargamos todo en un lado, nos agachamos mal...», reflexiona Navarro.
La formación incluye una rotación de alumnos de Fisioterapia. «Así pueden ver las diferencias con Especializada, la mayor es que tenemos una gran autonomía al organizar la consulta», concluye.

Artículo publicado en La Voz de Avilés el 25 de julio de 2012

viernes, 20 de julio de 2012

Vencer al dolor

Las asociaciones de enfermos son una gran ayuda para los periodistas en temas de salud. No sólo te ayudan a poner cara a las enfermedades, aportar la dimensión humana que tanto nos gusta presentar. Con frecuencia, sus actividades presentan suficiente interés para escribir una pieza, como fue este caso




Alumnos y monitor del curso. Foto: Sergio López

Durante su vida, el enfermo reumático se enfrenta a muchas barreras: dolor, aislamiento, dificultades para acceder a recursos asistenciales... Una sucesión de obstáculos que se puede vencer con el apoyo de las nuevas tecnologías, como lo ha demostrado el curso 'Gestión de la Salud desde el Hogar a través de las nuevas tecnologías' que la Liga Reumatológica Asturiana ha impartido en Avilés con el respaldo de la Fundación Vodafone España.
La entidad, además, sorprendió a la Liga Reumatológica asumiendo el coste total del proyecto. «Presentamos nuestra propuesta y nos respondieron financiando todo el coste. Se han portado muy bien», asegura Manuela García, presidenta de la entidad.
Un total de 24 personas, divididas en dos grupos iguales en horario de mañana y tarde para facilitar su asistencia, se apuntaron. Edgar Ibarra impartió las clases los lunes y miércoles desde el pasado mes de marzo. Cada una de las clases duraba dos horas. El próximo lunes terminará el curso.
La informática era una completa desconocida para la totalidad de los alumnos. «Al empezar no sabía nada, pero hoy en día ya me manejo», comenta María Luz Rodríguez, siendo respaldada por sus compañeros. «Hoy en día, sin estos conocimientos eres un analfabeto», apunta Josefina Pereiras.
Cada uno de los participantes contó con su propio ordenador, lo que representó una facilidad para el profesor. «La mayor complicación era que el nivel no era el mismo. Al tener cada uno su ordenador, todo resultó más cómodo y me pude acoplar a los conocimientos de cada uno», explica Edgar Ibarra.
Desde el primer momento, los alumnos se mostraron dispuestos a aprovechar al máximo las posibilidades del curso. Incluso hubo quien, sin tener ninguna experiencia en el mundo informático, en la segunda clase decidió comprarse un ordenador.
La mayor parte de ellos ya disponen de equipos informáticos y conexión a Internet en sus domicilios. «Hasta ahora apenas los usábamos. Ahora vamos a sacarles más partido», asegura Luis Usobiaga.
Lo cierto es que todos los alumnos destacan el resultado de estos días. «Son muy útiles para gestionar trámites con los centros de salud», señala Violeta García con la aprobación unánime de los compañeros de la sesión matinal.
Pero también citan otras ventajas. Desde mantener contacto con los demás integrantes de la Liga Reumatológica a través del correo electrónico a la información que facilita internet, indican Eladia Agromartín y Gloria Villar.
«Somos enfermos crónicos y las nuevas tecnologías nos ofrecen una mayor agilidad e independencia para hacer trámites. No sólo en los centros de salud, también ante las administraciones públicas o con un banco. Son muchas ventajas para personas que, con frecuencia, no podemos salir de casa cuando pasamos uno de los brotes de la enfermedad», resume Manuel García, que no oculta su alegría por contribuir a vencer a la enfermedad reumática. En esta ocasión, a golpe de ratón.





Artículo publicado en La Voz de Avilés el 14 de junio de 2012

jueves, 19 de julio de 2012

La batalla del tabaco


No cabe duda de los efectos perniciosos del tabaco y la necesidad de limitar su consumo. Erradicarlo, habida cuenta de la combinación de intereses creados y el grado de satisfacción de muchos consumidores, parece imposible. 
Esta pieza surge cuando el Hospital San Agustín invita a unos escolares del Colegio San Fernando de Avilés para una charla sobre el tabaquismo. Ese misma día, inicia una campaña para informar que en el perímetro del centro no se puede fumar. Un paso más en esa dura batalla por los espacios libres de humo.
El Hospital San Agustín, con su
 perímetro señalado.
Foto: HSA

Desde esta semana, un nuevo cartel llamará la atención a los visitantes que accedan al Hospital San Agustín. Se trata de una vista área del centro de referencia en la comarca rodeado por una línea roja. El interior de ese polígono marca lo que, según la Ley 42/2010, se considera un espacio donde no se puede fumar: su recinto. La norma prohíbe fumar tanto en los edificios como en el recinto, aunque sea un espacio al aire libre.
Los responsables del Hospital San Agustín consideran que este espacio cubre todo su perímetro, incluyendo aparcamiento y vías de acceso peatonales a sus instalaciones desde el Camino de Heros.
Aunque esa prohibición entró en vigor hace dos años, el Hospital San Agustín ha decidido ahora recordar su vigencia. Y eso que, en el exterior, diferentes carteles, recuerdan que en el perímetro del hospital no se puede fumar. Una orden vulnerada con frecuencia.
«Normalmente, la gente piensa que fuera del Hospital se puede fumar, que la prohibición sólo afecta al interior del centro», explica Félix Amorín, jefe de Servicios Generales en el centro avilesino.
Así, a cualquier hora del día, es fácil ver a personas fumando: a la entrada de hospitalización, en la parada del autobús, en el acceso a consultas externas, por la acera...
Además de la instalación del cartel, ayer se repartieron dípticos con motivo de la visita de 205 escolares del Colegio San Fernando para participar en una jornada sobre el tabaquismo. Son las primeras acciones informativas iniciadas en el Hospital San Agustín para recordar la prohibición de fumar.
El centro de referencia de la comarca se encuentra adherido a la Red Europea de Hospitales Sin Humo a través de su homónima asturiana. Este proyecto europeo implica la realización de diferentes acciones para lograr que en cada centro asociado no se fume: ni trabajadores, ni pacientes ni los visitantes.
Desde la propia red europea se elaboró una documentación en la que se establecen los pasos y condiciones para las cuatro categorías en las que pueden encuadrarse sus diferentes socios (adheridos, bronce, plata y oro). La adhesión implica realizar una serie de actividades orientadas hacia ese objetivo de lograr un espacio sin tabaco.
Una de ellas es la necesidad de informar a todo el mundo de la imposibilidad de consumir nicotina en el recinto hospitalario. Conseguir ese ideal no es una tarea fácil. La propia documentación de la Red Europea se establecen plazos de hasta diez años para conseguir que cada centro cambie de nivel en un proceso que, por otra parte, se encuentra sometido a evaluaciones periódicas.
Los centros de salud y consultorios de Atención Primaria y sus recintos también se consideran espacios libres de humo. Sin embargo, la ubicación de la mayor parte de ellos en la trama urbana reduce las dimensiones del perímetro, ya que éste no puede abarcar las calles y espacios de paso libre.
La aplicación de medidas contra el tabaco ha tenido efectos beneficiosos en la salud de los avilesinos. La incidencia de la Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC) se ha reducido en la comarca.
La ofensiva contra el tabaco ha provocado que se refuercen los dispositivos de apoyo a los fumadores. En Atención Primaria, existe una unidad específica para apoyar a las personas que quieren dejar el tabaco mediante terapias de grupo. Por su parte, el Hospital San Agustín cuenta con su propia consulta contra el tabaco para un seguimiento individual de los casos con mayor resistencia y vinculados a otras patologías.
Artículo publicado en La Voz de Avilés el 13 de junio de 2012


miércoles, 11 de julio de 2012

Los medicamentos biosimilares

¿Qué haría sin las sesiones clínicas del Hospital San Agustín? Formación, ideas, contactos, informaciones... En este caso, una información sobre los medicamentos biocompatibles; vulgo, biogenéricos. Más leña para el debate de la gestión farmacéutica.

Francisco José Farfán Sedano y Paloma Isabel
 Palomo Jiménez. Foto: Sergio López


Su nombre aún no es muy conocido fuera de los ambientes médicos, pero los llamados biogenéricos o biosimilares reclaman su espacio a la hora de la prescripción. «Son medicamentos de origen biológico y que cumplen unas exigencias de la Agencia Europea del Medicamento de calidad, seguridad y eficacia y demuestran ser comparable con medicamento original, también biológico, para los mismos tratamientos», explicó Francisco José Farfán Sedano, jefe del servicio de Farmacia en el Hospital Universitario de Fuenlabrada, centro donde se ha incorporado estos productos a sus recetas.
Farfán Sedano protagonizó ayer, junto con Paloma Isabel Palomo Jiménez, directora médica del laboratorio Hospira, una conferencia en el Hospital San Agustín sobre este tipo de productos.
La hormona del crecimiento o la eritropoyetina son dos ejemplos de medicamentos biotecnológicos. Las patentes de estas moléculas comienzan a caducar, con lo que se abre la posibilidad de elaborar otros productos similares con el mismo resultado. De ahí que en un inicio se les llamase biogenéricos, aunque en el sector prefiere utilizar el término biosimilar.
«Una vez que se demuestra ante la Agencia Europea del Medicamento que los biosimilares son igual de eficaces y seguros que el original, se autoriza a su salida al mercado. En ocasiones, con rebajas del 40% en su precio sobre el original», explicó Paloma Isabel Palomo Jiménez. Al tiempo, los fabricantes originales reaccionan reduciendo sus precios en el mercado.
En el caso del Hospital Universitaria de Fuenlabrada, su aplicación se inició entre 2008 y 2009, logrando una rebaja del 30% en el gasto de la factura farmacéutica de medicamentos biológicos, destacó Farfán. Un dato que no es sorprendente puesto que en su ponencia recordó que ocho de los diez medicamentos más usados en los hospitales de la Unión Europea son biotecnológicos.
«No fue difícil incorporarlos. Hicimos un ejercicio de información entre los servicios, formamos a los principales prescriptores. A los pacientes se les explicó sus características y no hubo ningún problema», comentó Farfán sobre la experiencia en Fuenlabrada.
Todo apunta que el peso de los biosimilares irá en aumento. En el caso concreto del laboratorio Hospira, ya cuenta con la autorización para comercializar dos productos en España y mantiene la investigación para nuevos lanzamientos. «El desarrollo de cada nuevo medicamento nos lleva entre 4 ó 5 años» comenta Jiménez.


Artículo publicado en La Voz de Avilés el 24 de mayo de 2012

martes, 10 de julio de 2012

Problemas con el sueño

Una sencilla investigación de un equipo de médicas de Atención Primaria de Avilés y Corvera ha puesto algo de luz a una realidad que, aunque intuida, no se tiene concretada: existe un problema con el insomnio que afecta a la calidad de vida de las personas. Motivo suficiente para dedicarle un reportaje.

Ana García del Campo, a la izquierda,
y Ana María López.
Foto: Sergio López


La comarca tiene un problema con el sueño. Y es que, aunque no aparece en las estadísticas oficiales, cada vez es mayor el número de personas que aseguran no descansar bien, con las consiguientes secuelas para la vida profesional y personal.
«Entre el personal sanitario existe una sensación de que existe un problema con el sueño. Todos conocemos algún caso de personas con insomnio y dificultades para dormir. Así que decidimos acercarnos a esta realidad y tratar de conocer su alcance». Estas palabras de Juan Rubio, técnico de Salud Pública en la Gerencia de Atención Primaria, explican la génesis de la investigación realizada por las residentes de último año de Medicina de Familia y Comunitaria sobre la situación del sueño en las zonas básicas de salud de Corvera y La Magdalena.
El resultado desvela que el 33,5% de la población estudiada sufre problemas de insomnio, si bien el 56% asegura no haber acudido nunca a su médico de familia para consultar sobre ello.
«Aunque los datos no se pueden extrapolar a toda la comarca, los indicios apuntan a que una parte importante de la población tiene problemas para dormir», comenta Juan Rubio, que advierte de las dificultades de extraer conclusiones de ámbito comarcal de esta investigación.
«Las respuestas recogidas sesgan el resultado hacia La Magdalena, aunque parece que no influyeron en los datos finales. Además, la muestra final es más representativa de mujeres que de los hombres», señala.
Para Juan Rubio, uno de los aspectos más importantes de los resultados de esta investigación es que «si cuando empezó teníamos la intuición de que existía un problema sobre el sueño, ahora, existen unos indicios de que verdaderamente hay un problema».
Una vez propuesto por Juan Rubio, la investigación corrió a cargo de seis residentes adscritas a los Centros de Salud Las Vegas y La Magdalena, convirtiéndose en el estudio científico que deben hacer al concluir su especialización. Firman el estudio Ana García del Campo, Rosaura Ozoria, Nicaury Encarnación; Fiorella Pacheco, Verónica Rodríguez y Ana María López.
En él realizaron 348 entrevistas telefónicas, con un margen de error del 5%. «Más que dormir o no dormir, lo importante es descansar y saber cómo la falta de sueño afecta a la vida cotidiana. Por eso se realizaba un cuestionario, ya que la frontera entre sufrir insomnio y no depende de cada persona», comentan las autoras.
Los datos recogidos indican que la media de edad de las personas con insomnio es de 54 años, mientras que los no insomnes tienen 48 años. A partir de los 45 años, es mayor la población de mujeres que de hombres con problemas para dormir.
La investigación también les ha permitido comprobar que, aunque el 33,5% de la población sufre insomnio, la patología apenas se aborda en las consultas. «En el 56% de los casos de insomnio no aparece ninguna referencia en su historia clínica; sólo el 32% recogen alguna referencia en las consultas y un 15% de la población insomne tiene ya ese diagnóstico», comentan las autoras. Aunque a la hora de interpretar estos datos hay que tener en cuenta que se basan en respuestas de los pacientes.
Es decir, ellos aseguran no haber consultado, es una respuesta basada en su recuerdo. Más allá de ese debate, la respuesta muestra que el problema del insomnio se calla ante los profesionales de la salud.
Lucha contra el insomnio
Pero ello no quiere decir que las personas que lo sufren no luchen contra él. Así, las respuestas recogidas desvelaron que la mitad de los insomnes toman medicamentos para dormir, con lo que se trata de un colectivo con una gran tendencia hacia la automedicación.
A la hora de adquirir productos, los más habitual es que recurran a sustancias naturales, compradas en herbolarios, opción escogida por el 21% de este colectivo. Además, un 13% aplica medidas higiénicas, como leer para quedarse dormidos o hacer ejercicio unas horas antes de acostarse. Es decir, establecer estratégicas naturales para que el cuerpo se fatigue y pueda descansar.
«Los Médicos de Familia se encuentran perfectamente capacitados para abordar los casos de insomnio; las personas deberían comentar esa situación si la tienen con frecuencia. En el Hospital San Agustín y el Hospital Universitario Central existen unidades del sueño, pero son para abordar problemas de apneas y los casos más graves», comentaron Ana García del Campo y Ana María López.
Otro dato que llamó la atención de las autoras del estudio fue que el 5,6% de la población sin problemas de insomnio toma algún tipo de medicamento por su cuenta para dormir. Según explicaron, se trata de personas que han tenido algún episodio puntual sin dormir y que deciden actuar para evitar que se repita.
El estudio también les permitió establecer una relación de los insomnes con otras enfermedades. Así, en el 49% de los casos se asociaba con una patología psiquiátrica, siendo las más frecuentes la ansiedad y la depresión. «Lo que no sabemos es si la patología psiquiátrica es previa al insomnio o consecuencia de él», matizan.
Relación con enfermedades
Además, también se valoraron otro tipo de enfermedades como diabetes, dislipemias o enfermedades relacionadas con el metabolismo de los lípidos y dolor crónico sin encontrar ninguna relación.
Tampoco se encontró una vinculación directa entre el tabaco o con otros aspectos como el número de accidentes sufridos durante el día. «El tamaño de la muestra nos limitó y evitó que llegásemos a datos sobre esta relación. En algunos estudios se afirma que las personas que viven solas registran una mayor tendencia al insomnio, pero fue un dato que aquí tampoco se constató», apuntaron las investigadoras. Así, el estado civil no influye en la facilidad o no para conciliar el sueño.
También se percibió un menor porcentaje de personas con insomnio entre los colectivos que pasaban más tiempo fuera del hogar (trabajadores en activo y estudiantes) que entre los grupos que permanecían más tiempo en su domicilio, como es el caso de las amas de casa, parados y jubilados.
La investigación sólo refleja los datos recogidos, no se establece ninguna comparación con otras investigaciones. Las doctoras explican que «en la bibliografía que consultamos existe poco consenso sobre lo que es el insomnio. Se utilizan diferentes encuestas para medirlo. Además, es difícil encontrar referencias para poder comparar».
Calidad del sueño
Y es que en el campo del sueño resulta complejo establecer definiciones cerradas. «Lo importante es la calidad del sueño, que el descanso permita recuperar fuerzas para la siguiente jornada. Existen consensos como que, con los años, se duerme menos, pero lo importante es que el sueño permita descansar y recuperar energías para el día», comentan.
Entre las múltiples dificultades aparece la variedad de causas del insomnio y que pueden provocar unas soluciones diferentes según el caso. «En una persona mayor, si la frecuencia urinaria es un problema, debería limitar el consumo de líquidos durante la tarde», comentan como una medida para un tipo de caso concreto.
Ana García del Campo y Ana María López concluyen que, ante las dificultades para dormir, una serie de hábitos de higiene pueden permitir un correcto descanso.
«Si una persona duerme bien, no debe preocuparse por ellos, aunque, por norma general, la cama sólo debe utilizarse para dormir y el sexo», apuntan Ana García del Campo y Ana María López.


Artículo publicado en  La Voz de Avilés el 20 de mayo de 2012

lunes, 9 de julio de 2012

Rompiendo la barrera del silencio

En ocasiones, los pacientes son los grandes excluidos de la información sanitaria. Y, cuando salen, su relato se suele ceñir a la vida del enfermo. Por eso, me gusta este artículo sobre la vida de Juan Rodríguez Oyagüe, que demuestra como la investigación sanitaria puede mejorar la vida de las personas.

Juan Rodríguez Oyagüe.
Foto: Marieta

Cuando se le ve caminando por la calle, Juan Rodríguez Oyagüe se parece a cualquier otro joven de su edad. Sin embargo, a los 18 años, a punto de matricularse en la Universidad, es el primer asturiano con un doble implante coclear, una tecnología que ha permitido terminar con la sordera normalizando la vida de muchas familias. Como fue su caso.

Sin antecedentes de sordera, la familia confirmó que Juan la sufría cuando tenía 18 meses. «Veíamos que no respondía igual que su hermano mayor», recuerda su madre Cristina Oyagüe. El diagnóstico era claro: sordera bilateral profunda, sin posibilidad alguna de rehabilitación.
«Fue un momento muy duro», comenta hoy en su madre. Casualmente, en esa época, su tía, Montse Oyagüe estudiaba en Pamplona y una amiga de su madre, Cuca, trabajaba en el Centro 'Entender y Hablar', fundado por Marcos Monfort y pionero en España en la educación e integración de las personas con problemas auditivos. Gracias a esas entrevistas, Cristina conoció el implante coclear, la tecnología que permitía que los sordos escuchasen y que, en 1985, comenzaba a llegar a España.
«El doctor Manrique, de la Clínica Universitaria, me dijo que sólo tenía dos opciones para Juan: el implante coclear o el lenguaje de signos. Era algo nuevo, me informé y no tenía dudas. Tuve el apoyo de mis padres y mi hermana, nunca tuve dudas», recuerda Cristina. Su perseverancia y constancia fueron claves para superar todos los problemas.
Con tres años de edad, Juan recibía su primer implante en Pamplona. Era el primer niño asturiano en recibirlo.
La operación fue un momento duro, pero no el único. «A ningún padre le gusta ver sufrir a su hijo y no fue nada agradable pasar la operación. Pero fue mucho peor cuando le conectaron el sonido por primera vez. Nunca había escuchado y tenía pánico al sonido. Para mí fue lo más duro. Aunque nunca tuve ninguna duda de que hacía lo mejor para mi hijo», comenta su madre.
Y luego, a estudiar
Confirmado el éxito de la operación, el siguiente gran reto fue la escolarización de Juan Rodríguez Oyagüe. Antes, con el apoyo de la logopeda Silvia Schawrtz, Juan había comenzando a desarrollar todas sus habilidades. Con ella aprendió a leer y escribir. En esos años, Cristina siempre iba con una pizarra que utilizaba para comunicarse con Juan.
«Quería que siguiese con el apoyo de Silvia en el colegio y el único lugar donde me lo permitieron fue en el San Fernando», explica Cristina Oyagüe.
La madre de Juan tan sólo guarda palabras de elogio para la actitud del centro avilesino al recibir a su hijo. «Nunca podré olvidar la dedicación de Goya o el trabajo de Deli, que es una segunda madre para Juan, o Varela, su tutor cuando la segunda operación, con once años, y que organizó todo para que le afectase lo menos posible en las clases. Pero el esfuerzo fue de todos, desde Belén y Carmen, Pepi, Peláez, Lalo... No tengo palabras suficientes para agradecer su ayuda», asegura Cristina. La implicación también fue de los compañeros, de amigos; también su hermano, Adolfo, tres años mayor que él.
Juan confirma todas las palabras de su madre. «Si fuese hijo de Deli, no podría hacerlo mejor», asegura al tiempo que tiene palabras de elogio para todos sus profesores y amigos.
Y es que esos primeros años no llegaron a ser fáciles. El implante coclear resultaba desconocido para mucha gente, incluso profesionales. Una vez, comentan como anécdota, un médico no se atrevió atenderle, enviándolo al actual Hospital Universitario Central de Oviedo. «Hace quince años, nos veían como algo muy raro, como conejillos de indias», comenta Juan Rodríguez Oyagüe.
«Los primeros años de colegio, cuando era un niño tenía un comportamiento muy malo, siempre tenía un cero en conducta; aunque con el tiempo me tranquilicé», explica Juan Rodríguez, «siempre procuro buscar lo positivo de la vida. El implante, por ejemplo, me permite desconectar si quiero estudiar y hay mucho ruido».
Mientras aguarda por las notas para matricularse en la Universidad, Juan, como cualquier otro joven, espera sacar el carné de conducir y seguir disfrutando de sus aficiones como la lectura, el fútbol o la cocina.
No duda en animar a las familias que dudan en realizar el implante coclear. «Las familias no deben tener ninguna duda. Es un paso muy importante y te cambia la vida por completo. Te ahorra mucho sufrimiento», asevera Juan Rodríguez Oyagüe, que, aunque no quiere, puede presumir de haber roto la barrera del silencio.

Artículo publicado en La Voz de Avilés el 8 de julio de 2012